Por aquel entonces, al igual que ocurre ahora, la gente del pueblo se disfrazaba con los más pintorescos disfraces para pasar unos días de diversión, pero con la diferencia que por aquel entonces no podían taparse la cara.
El domingo, era el día del entierro de la sardina donde la gente salía vestida de luto, y se enterraba a una sardina. Luego se repartían sardinas para todo el pueblo.
Además en carnavales se corrían las llamadas "cintas":
Se ponía una soga de balcón a balcón en la calle Escalona, donde se prendían las cintas, cada una puesta por una moza.
Los quintos pasaban por debajo corriendo a caballo, mula o burro y cogían la cinta de la moza que le gustaba.
Joseph
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